Restaurados en Jesús
sábado, 6 de octubre de 2018
Enamoramientos Súbitos y Espontáneos.
Todos hemos escuchado de ese ideal romántico de dulces amores floreciendo súbitamente, de repente, esos que de forma espontánea y natural surgen de la nada y se instalan inexplicablemente en el corazón. Sin importar si la persona objeto de ese amor esté comprometida o si de hecho lo está aquel en que "germina".
Resulta muy fácil olvidarse que no somos seres sin voluntad o sin decisiones sobre lo que sentimos, la razón esencialmente es que, es extremadamente mas sencillo y cómodo entregarse, que combatir el deseo del corazón. Por eso nos escondemos tras argumentos hartos conocidos como el celebre: "el corazón quiere, lo que el corazón quiere" y simplemente nos dejamos llevar.
Sí, es cierto que hay ciertas situaciones escapan de nuestro dominio, pero el control de nuestras pasiones no es uno de ellos. La Biblia le llama dominio propio.
Cuando algo o alguien entra en tu corazón es por que tú le diste permiso, abriste puertas, te permitiste soñar un instante, imaginar un momento, visualizaste posibilidades de realizar, vivir y compartir situaciones y en ese pequeño instante quizás inadvertidamente siguiendo la analogía, tú mismo sembraste la semilla. Si te convenciste de lo contrario, es porque el corazón es engañoso y perverso más que todas las cosas. (Jer 17:9).
En mi humilde andar he entendido que del mismo modo en que no se puede dar aquello que no se tiene, tampoco se puede llegar a ninguna parte sin haber andado un camino. No “caemos” en tentación como si se tratara de que la tierra se abrió y me tragó. Por el contrario, alguien cae en tentación después de haber recorrido un camino que lo lleva a acercarse a la hoguera de a poco. Y de a poco, termina habituándose y disfrutando del calor del fuego hasta que cobra conciencia de que sus ropas, su hogar y su vida arde en llamas.
En nuestras debilidades somos tentados y si no tenemos cuidado, seguramente también derrotados.
Digo lo obvio, la tentación siempre viene en un empaque hermoso, atractivo y codiciable, (de lo contrario no es tentación). Pero en ocasiones es necesario y preferible dar un agónico y último salto hacia la cordura tal como lo hizo José (Gen 39:12) en vez de ceder a lo que a gritos demanda el corazón y con ello precipitarse a bordo de una ilusión de amor hacia un océano tormentoso de consecuencias devastadoras para nuestra vida y nuestra familia.
“Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.” 1 Corintios 10:13 NVI.
"Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Santiago 1:12 NVI
viernes, 5 de octubre de 2018
Esa Batalla Librada Tantas Veces
Esa Batalla librada tantas veces…
Una vez más, en medio de esta lucha incesante por arrebatarle a la tristeza el control de mi alma por momentos siento la esperanza amordazada y en camisa de fuerza, cautiva en las oscuras mazmorras donde yace junto a sueños rotos y lisiados languideciendo a la espera del cumplimiento de su sentencia de una muerte inminente al filo de la espada del olvido, el peor de sus verdugos.
Si araño apenas un poco la superficie de mi memoria me reconozco en ellos, en un pasado que luce tan distante que se me antoja ajeno, tanto que parece como si alguien más los hubiera puesto ahí, como si otra persona los hubiera imaginado. A un lado distingo incolora y moribunda aquella fuerza avasallante otrora alimentada por el ímpetu de quien cree tener la eternidad por delante para llevarlos a cabo, desvaneciéndose con la mirada perdida, sepultada bajo el peso de una realidad y una rutina inclemente, depredadora de sueños no alcanzados.
En esos momentos de contemplación mi sonrisa entrenada luce natural tras años de experiencia, pero me sirve de muy poco al menos a mí, sólo enmascara ante los demás esa obstinada y reticente melancolía. Sin embargo, es un ardid que ha funcionado por años incluso frente al reflejo que me devuelve el espejo de la costumbre, el cansancio… el hastío .
Esta es un batalla que he librado recurrentemente y en silencio, mi empeño añejo de independencia adquirido desde muy temprano en mi vida, desde aquellos tiempos en que, con la complicidad de trasnochados libros usados y apilados florecían mis amores con la soledad, me ha impulsado a luchar a mano limpia para vencer mis gigantes, ya tantas veces que he perdido la cuenta, no voy a negarlo a veces he vencido. ¿Solo? En principio así parece pero no, honestamente creo que nadie puede ni siquiera David pudo.
La vida me ha enseñado, que hay peleas que definitivamente tenemos que librarlas nosotros mismos, son en su mayoría las más intensas y desafiantes ya sea que se trate de difíciles obstáculos, profundas heridas abiertas por rupturas, distanciamientos o los duelos más terribles. Tan duras de superar por su naturaleza pues deben sanar de adentro hacia afuera, lo cual demanda hacer uso de una brutal fuerza de voluntad para hallar el deseo de continuar. Pero nadie dijo que tendríamos hacerlo sin un apoyo.
Creo firmemente que Dios ha puesto alrededor nuestro a personas que amamos y que nos aman y que conforman nuestra “red de seguridad”, para apoyarnos en esos momentos difíciles. A veces es solo un verdadero amigo, en ocasiones la familia, o la pareja, algunos pocos muy afortunados cuentan con todos ellos. Lo irónico es que esas personas cercanas muchas veces ignoran el alcance y el impacto que para bien o para mal tienen sobre nosotros.
Siempre será un acto de fé, el depositar nuestra confianza en alguien, no obstante, he de insistir en la importancia de escoger sabiamente al momento de hacerlo especialmente cuando atravesamos esas situaciones de mayor angustia no caigamos en la trampa del dolor, eso también lo aprendí de la peor forma.
Pero al final los seres humanos somos solo eso, humanos, sujeto a amar, a caer y levantarnos, a debilidades, depresiones y contradicciones. La verdadera confianza, la que supera todo es la que ponemos sobre aquel que nunca te defraudará: Dios mismo.
Mi piel se ha curtido por numerosas batallas de esta clase, y aun hoy no puedo decir cuántas más me esperan por librar, pero si tengo la certeza es que, de la mano de Dios, de todas ellas saldré en victoria.
“El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria”.
Proverbios 21:31
Una vez más, en medio de esta lucha incesante por arrebatarle a la tristeza el control de mi alma por momentos siento la esperanza amordazada y en camisa de fuerza, cautiva en las oscuras mazmorras donde yace junto a sueños rotos y lisiados languideciendo a la espera del cumplimiento de su sentencia de una muerte inminente al filo de la espada del olvido, el peor de sus verdugos.
Si araño apenas un poco la superficie de mi memoria me reconozco en ellos, en un pasado que luce tan distante que se me antoja ajeno, tanto que parece como si alguien más los hubiera puesto ahí, como si otra persona los hubiera imaginado. A un lado distingo incolora y moribunda aquella fuerza avasallante otrora alimentada por el ímpetu de quien cree tener la eternidad por delante para llevarlos a cabo, desvaneciéndose con la mirada perdida, sepultada bajo el peso de una realidad y una rutina inclemente, depredadora de sueños no alcanzados.
En esos momentos de contemplación mi sonrisa entrenada luce natural tras años de experiencia, pero me sirve de muy poco al menos a mí, sólo enmascara ante los demás esa obstinada y reticente melancolía. Sin embargo, es un ardid que ha funcionado por años incluso frente al reflejo que me devuelve el espejo de la costumbre, el cansancio… el hastío .
Esta es un batalla que he librado recurrentemente y en silencio, mi empeño añejo de independencia adquirido desde muy temprano en mi vida, desde aquellos tiempos en que, con la complicidad de trasnochados libros usados y apilados florecían mis amores con la soledad, me ha impulsado a luchar a mano limpia para vencer mis gigantes, ya tantas veces que he perdido la cuenta, no voy a negarlo a veces he vencido. ¿Solo? En principio así parece pero no, honestamente creo que nadie puede ni siquiera David pudo.
La vida me ha enseñado, que hay peleas que definitivamente tenemos que librarlas nosotros mismos, son en su mayoría las más intensas y desafiantes ya sea que se trate de difíciles obstáculos, profundas heridas abiertas por rupturas, distanciamientos o los duelos más terribles. Tan duras de superar por su naturaleza pues deben sanar de adentro hacia afuera, lo cual demanda hacer uso de una brutal fuerza de voluntad para hallar el deseo de continuar. Pero nadie dijo que tendríamos hacerlo sin un apoyo.
Creo firmemente que Dios ha puesto alrededor nuestro a personas que amamos y que nos aman y que conforman nuestra “red de seguridad”, para apoyarnos en esos momentos difíciles. A veces es solo un verdadero amigo, en ocasiones la familia, o la pareja, algunos pocos muy afortunados cuentan con todos ellos. Lo irónico es que esas personas cercanas muchas veces ignoran el alcance y el impacto que para bien o para mal tienen sobre nosotros.
Siempre será un acto de fé, el depositar nuestra confianza en alguien, no obstante, he de insistir en la importancia de escoger sabiamente al momento de hacerlo especialmente cuando atravesamos esas situaciones de mayor angustia no caigamos en la trampa del dolor, eso también lo aprendí de la peor forma.
Pero al final los seres humanos somos solo eso, humanos, sujeto a amar, a caer y levantarnos, a debilidades, depresiones y contradicciones. La verdadera confianza, la que supera todo es la que ponemos sobre aquel que nunca te defraudará: Dios mismo.
Mi piel se ha curtido por numerosas batallas de esta clase, y aun hoy no puedo decir cuántas más me esperan por librar, pero si tengo la certeza es que, de la mano de Dios, de todas ellas saldré en victoria.
“El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria”.
Proverbios 21:31
jueves, 20 de marzo de 2014
Misericordia Un Camino de doble Sentido
Remanente de Venezuela:
Abre los ojos y mira ¿Quién está contigo? / Misericordia: Un camino de doble sentido.
Sin duda
alguna Venezuela está atravesando por un momento terrible. El miedo se
mueve libremente y la indignación amenaza con hacer estallar nuestra alma. La
impotencia frente a tanta injusticia, el mirar imágenes en las que hijos de esa
tierra, son masacrados a golpes o muertos a mansalva por uniformados o por
grupos armados por un régimen que ve en el que disiente de sus ideales
comunistas un enemigo a exterminar.
Guardias nacionales y policías, antes venezolanos ahora con nombres de estreno, refrendan y cumplen las órdenes de las cabezas del Ejecutivo y el Legislativo: - Acaben con las protestas, como sea. Incluso algunos han dado rienda suelta al odio y con violencia arremeten contra cualquiera que se parezca a aquel a quien odia. Tal parece que el nuevo apellido “Bolivariano”, cambió el estado civil de esos cuerpos de seguridad y venía con una serie de licencias que permiten practicar todo tipo de acciones anti-democráticas y en contra de los derechos humanos. Se han convertido en defensores de una ideología moribunda, y guardaespaldas protectores de corruptos y asesinos. Ahora, es cada vez más común y frecuente el ver como el ciudadano común ve con desprecio y con justificado recelo a quienes un día juraron defenderlo, porque ellos también son Venezuela.
Por momentos, enfocados en tanto dolor y decepción perdemos de vista las razones que motivaron que la calle se incendiara: escasez, injusticia, inseguridad, inflación. Todas ellas reinando y arrastrando a Venezuela a la peor debacle, mientras aquellos en autoridad solo dicen que no pasa nada.
Guardias nacionales y policías, antes venezolanos ahora con nombres de estreno, refrendan y cumplen las órdenes de las cabezas del Ejecutivo y el Legislativo: - Acaben con las protestas, como sea. Incluso algunos han dado rienda suelta al odio y con violencia arremeten contra cualquiera que se parezca a aquel a quien odia. Tal parece que el nuevo apellido “Bolivariano”, cambió el estado civil de esos cuerpos de seguridad y venía con una serie de licencias que permiten practicar todo tipo de acciones anti-democráticas y en contra de los derechos humanos. Se han convertido en defensores de una ideología moribunda, y guardaespaldas protectores de corruptos y asesinos. Ahora, es cada vez más común y frecuente el ver como el ciudadano común ve con desprecio y con justificado recelo a quienes un día juraron defenderlo, porque ellos también son Venezuela.
Por momentos, enfocados en tanto dolor y decepción perdemos de vista las razones que motivaron que la calle se incendiara: escasez, injusticia, inseguridad, inflación. Todas ellas reinando y arrastrando a Venezuela a la peor debacle, mientras aquellos en autoridad solo dicen que no pasa nada.
Ante la frustración y la desesperación, encontramos cada día un montón de artículos increpando los países del mundo, "SOS Venezuela", implorando o exigiendo ayuda para el pueblo venezolano, trayéndoles a memoria aquellas antiguas alianzas, de las que hicieron uso cuando Venezuela les sirvió de refugio a tantos perseguidos del mundo. Hubo un tiempo en que Venezuela exportaba libertades, hoy exporta esclavitud, dolor y miseria.
Veo aun a gente cristiana esperanzadas, en que otras naciones pongan sus ojos en Venezuela y nos liberen de este sufrimiento. Claman a voz en cuello a las naciones - ¡Sálvame porque perezco! Olvidan, que no son ESOS los ojos que están sobre Venezuela y que no es esa la ayuda que necesitamos.
La Misericordia es un camino de doble sentido.
- Prepárate a recibir Misericordia. Puede ser
que la tengas que usar.
Viene a
mi memoria un pasaje en la Biblia. (1) El rey de Siria, quería invadir Israel,
y enviaba a su ejército por un lado y por otro, y cada vez Dios hablaba con
Eliseo y le declaraba por donde vendría el ejército de Siria. Eliseo iba al rey
de Israel para prevenirlo y este obedeciendo la voz del profeta, burlaba el
ataque enemigo. Y así ocurrió varias veces, de tal forma que el rey de Siria
pensó que había alguien en su entorno que le traicionaba.
Pero alguno de su cuerpo de inteligencia, señaló al profeta Eliseo, le dijo: Lo que pasa es que hay uno a quien Jehová le habla y le cuenta lo que tú planeas aun en el interior de tu aposento.
Pero alguno de su cuerpo de inteligencia, señaló al profeta Eliseo, le dijo: Lo que pasa es que hay uno a quien Jehová le habla y le cuenta lo que tú planeas aun en el interior de tu aposento.
A lo
cual el rey sirio, reaccionó en forma desproporcionada y de inmediato envió, no
un mensajero ni dos, tampoco un fiscal, ni a la defensora del pueblo sirio. Le
envió caballos, carros de guerra y un numeroso ejército, para prenderle, si
como lo ves, para APRESARLO, y detener al opositor.
Yo no sé
si alcanzas a ver similitudes con la actual situación de Venezuela, pero yo si.
Siguiendo en el relato, aquel numeroso ejército de noche rodeó la ciudad donde estaba el profeta. Y en la mañana cuando el siervo de Eliseo se levantó y vio la situación, presa del miedo, vino corriendo al profeta: ¡Ay señor mío! ¿Cómo haremos? Eliseo, quizá medio dormido todavía sin tomarse un café, se para y ve la situación y serenamente le responde algo como: Tranquilo, ten calma, “No tengas temor, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.“ Y de inmediato, le pidió al Señor que abriera los ojos de su siervo para que viera, lo que el mismo, el profeta, estaba viendo ya.
Y de nuevo oró así: “Y oró Eliseo diciendo: ¡Oh YHVH, te ruego que abras sus ojos para que vea! Y YHVH abrió los ojos del siervo, y miró, y he aquí el monte estaba repleto de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo. Y cuando bajaron contra él, Eliseo oró a YHVH, y dijo: ¡Hiere a esta gente con ceguera, te ruego! Y Él los hirió con una ceguera total conforme a la palabra de Eliseo.”
Siguiendo en el relato, aquel numeroso ejército de noche rodeó la ciudad donde estaba el profeta. Y en la mañana cuando el siervo de Eliseo se levantó y vio la situación, presa del miedo, vino corriendo al profeta: ¡Ay señor mío! ¿Cómo haremos? Eliseo, quizá medio dormido todavía sin tomarse un café, se para y ve la situación y serenamente le responde algo como: Tranquilo, ten calma, “No tengas temor, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.“ Y de inmediato, le pidió al Señor que abriera los ojos de su siervo para que viera, lo que el mismo, el profeta, estaba viendo ya.
Y de nuevo oró así: “Y oró Eliseo diciendo: ¡Oh YHVH, te ruego que abras sus ojos para que vea! Y YHVH abrió los ojos del siervo, y miró, y he aquí el monte estaba repleto de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo. Y cuando bajaron contra él, Eliseo oró a YHVH, y dijo: ¡Hiere a esta gente con ceguera, te ruego! Y Él los hirió con una ceguera total conforme a la palabra de Eliseo.”
Caminemos por Samaria, hacia la calle Misericordia.
Quiero, por un momento que vayamos juntos allá a Samaria, a ese día, en ese momento. Imagina que estás caminando hacia tu trabajo, o que vas al banco, al cajero a sacar dinero, o estás comiéndote una arepa en la esquina, o quizá estas yendo a la universidad, de pronto ves que por la calle viene ese hombre, aquel que le dicen Profeta, seguido de su siervo caminando a grandes pasos, muy sonriente y saludando a todos, y justo detrás de ellos ves que viene aquel montón de soldados, enemigos tuyos, pero vuelves a mirarlos, no vienen persiguiendo al Profeta no parecen amenazantes, se ven asustados, te das cuenta que están CIEGOS. Al verlos, caes en cuenta que podrías hacer con ellos lo que quieras, podrías arrojarle piedras, golpearlos tal vez patearlos, como tantas veces has visto que hacen con tus hermanos y amigos, de momento recuerdas a aquellos compañeros tuyos que asesinaron aquel día. Imagina por un momento, a toda una ciudad sintiendo lo que tú estás sintiendo ahora. Puedes ver como la ciudad entera les rodea, y ves en los rostros de la gente como el odio, el resentimiento y el deseo de venganza están levantándose y cobrando fuerza.
Piensas
que ese Profeta deberían hacerlo Presidente o algo así, pero tu pensamiento es
interrumpido. De pronto, escuchas a aquel Profeta, que dice unas palabras y
ahora tus enemigos pueden verte también, entonces te preparas para lo que ya
conoces, pero para tu sorpresa, esta vez en sus caras no está la fiereza, odio
y crueldad que acostumbras encontrar. Ahora, solo vez, confusión y miedo y por
un pequeño instante, vacilas en soltar la botella que ya tienes lista para
estrellar en la cara de uno de ellos. Es entonces cuando escuchas que viene el
rey. Te detienes, y le oyes a fin de cuentas, es el rey, y le escuchas
verbalizar en voz alta, lo que todos hace ya un rato quieren decir:
- Profeta, ¿debo herirlos?; ¿debo matarlos? Dice el rey.
- Profeta, ¿debo herirlos?; ¿debo matarlos? Dice el rey.
Se hace un total, silencio esperando la respuesta del Profeta, las manos se aprietan sobre las piedras, botellas y otros objetos ya convertidos en proyectiles de ocasión. Una leve pero macabra sonrisa se dibuja en el rostro de algunos de la ciudad prestos a atacar, la venganza está literalmente a un tiro de piedra. Entre tanto, tus enemigos indefensos, palidecen de terror, ante la temida pregunta.
Pero, la
respuesta inesperada del Profeta, hiela las intenciones y decepciona a muchos,
más de los que imaginabas por cierto. Cuando con voz autoritaria responde
categóricamente:
-NO, no los herirás. Es más, dales de beber y aliméntalos y luego déjalos ir.
-NO, no los herirás. Es más, dales de beber y aliméntalos y luego déjalos ir.
-¡QUEEE! Con disgusto, expresa el rey. Confundiéndose con el murmullo de la multitud. Y agrega:
- Pero
si estos son los mismos que me estaban cazando y tú me advertiste, son los
mismos que han invadido las casas de mi pueblo y han asesinado cruelmente a mi
pueblo. ¿Y ahora tú me dices que le prepare el almuerzo? A lo que el Profeta le
responde.
- Mira rey, lo que dice Jehová, dice que fue Él, quien venció a este gran ejército y te lo entregó en tu mano, y que tú, lo único que tienes que hacer hoy, es darle bebida y alimentos y luego dejarlos ir. La lección de hoy querido rey, es: MISERICORDIA.
Entre líneas quedó entendido que era opcional cumplir la orden de Dios o no. Es decir podía obedecer a aquel que le libró de ese ejército y se lo entregó o podía desobedecerle y destruir a sus enemigos ahora a su merced. Pero ¿en serio rey, lo vas a considerar sin medir consecuencias?
- Mira rey, lo que dice Jehová, dice que fue Él, quien venció a este gran ejército y te lo entregó en tu mano, y que tú, lo único que tienes que hacer hoy, es darle bebida y alimentos y luego dejarlos ir. La lección de hoy querido rey, es: MISERICORDIA.
Entre líneas quedó entendido que era opcional cumplir la orden de Dios o no. Es decir podía obedecer a aquel que le libró de ese ejército y se lo entregó o podía desobedecerle y destruir a sus enemigos ahora a su merced. Pero ¿en serio rey, lo vas a considerar sin medir consecuencias?
Sabiamente en esa oportunidad el rey, decidió con sensatez obedecer a Dios. Los alimentó y les dejó ir. Y ahí, mismo se desplomó en las encuestas el Profeta, y se desvanecieron sus posibilidades presidenciales.
En esa ocasión, Dios por medio del profeta le enseñó a su pueblo su Protección, le demostró que no estaba solo, hizo uso de su Poder derrotando a sus enemigos y entregándolo en sus manos sin disparar una sola flecha, pero también se mostró misericordioso. Para que ellos a su vez mostraran misericordia.
Tal vez ese día en Samaria, casi nadie perdonó a sus enemigos, ese día no se cerraron las profundas heridas en los corazones, pero todos dieron el primer paso. Obedecieron a Dios y mostraron misericordia.
Remanente de Venezuela, Tú no estás solo. Dios tiene un plan y eres parte de él.
Lo que está pasando en tu suelo es parte del plan de Dios en pleno cumplimiento, para traer el Gran Avivamiento que ha prometido para la nueva Venezuela. Pídele al Señor que abra tus ojos y mira a Aquel quien está contigo. En ocasiones, Dios te muestra lo que va a hacer y en otras solo ves parcialmente. Pero SIEMPRE te ordena que vivas por fé. Tenemos que ponernos de acuerdo con lo que hace y dice Dios. Él está demandando hoy de ti y de mí, compromiso y fidelidad. Está diciendo clama a mí y yo te responderé, te está diciendo ¿acaso se ha acortado mi mano para salvar?
Vuélvete a tu Dios y declara junto al salmista:
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.” (Salmo 121)
Que tengas gracia y Paz,
(1) (2 Reyes 6: 8-23.)
Paz. ¿Hay Paz? Todavia No
No.En Venezuela Todavía no.
Hay gente dentro del Pueblo de Dios que son entendidos en los tiempos, pero hay quien en tiempos de juicio, declaran: - Hay Paz. El Señor, está hablando de juicio sobre nuestra Nación desde hace bastante tiempo, y se han levantado líderes, pienso que quizá sean de la orden de Balaam, clamando a viva voz - Paz, Hay Paz! Cuando el Señor abierta y visiblemente está hablando de Juicio. Una Paz decretada e impuesta sin justicia, trae consigo represión, tortura y castigo, sea físico o espiritual, es una paz farsante, no es más que control y sumisión al miedo. Yo no me someto a esa SU PAZ, esa paz es una cárcel, con barrotes de injusticia y temor. Y aun cuando estos profetas refrenden tales acciones con vigilias y mensajes de prosperidad y apoyo a aquel que se ha entronizado, una pregunta y su respuesta retumbará en sus oídos. "¿Se aliará contigo el trono de iniquidad, que mediante presuntas leyes comete agravios? Él hará volver sobre ellos su iniquidad, y los aniquilará en su propia maldad, YHVH nuestro Dios los aniquilará" (Salmo 94: 20 y 23)
Hay gente dentro del Pueblo de Dios que son entendidos en los tiempos, pero hay quien en tiempos de juicio, declaran: - Hay Paz. El Señor, está hablando de juicio sobre nuestra Nación desde hace bastante tiempo, y se han levantado líderes, pienso que quizá sean de la orden de Balaam, clamando a viva voz - Paz, Hay Paz! Cuando el Señor abierta y visiblemente está hablando de Juicio. Una Paz decretada e impuesta sin justicia, trae consigo represión, tortura y castigo, sea físico o espiritual, es una paz farsante, no es más que control y sumisión al miedo. Yo no me someto a esa SU PAZ, esa paz es una cárcel, con barrotes de injusticia y temor. Y aun cuando estos profetas refrenden tales acciones con vigilias y mensajes de prosperidad y apoyo a aquel que se ha entronizado, una pregunta y su respuesta retumbará en sus oídos. "¿Se aliará contigo el trono de iniquidad, que mediante presuntas leyes comete agravios? Él hará volver sobre ellos su iniquidad, y los aniquilará en su propia maldad, YHVH nuestro Dios los aniquilará" (Salmo 94: 20 y 23)
Jesucristo me liberó, pero ciertamente el no murió por mí para que yo voluntariamente sometiera mi libertad al cautiverio del miedo, Él no me dio espíritu de temor, sino de Poder, amor y dominio propio. Lejos de Él yo no soy nadie y nada puedo hacer, pero junto con Él todo lo puedo, incluso hasta puedo derrotar a ese espíritu de miedo y violencia que amenazante que se cierne sobre mi familia, mi iglesia, mi nación... Aun ahora, yo TENGO HAMBRE Y SED DE JUSTICIA, y afirmado en mi fe, sé que seré saciado. Por ello CLAMO POR JUSTICIA.
Pero la justicia no viene sin el juicio o si lo prefieres, "En la noche te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro de mí te busca con diligencia; porque cuando la tierra tiene conocimiento de tus juicios, aprenden justicia los habitantes del mundo. Aunque se le muestre piedad al impío, no aprende justicia; obra injustamente en tierra de rectitud, y no ve la majestad del SEÑOR. Oh SEÑOR, alzada está tu mano, mas ellos no la ven. Que vean tu celo por el pueblo y se avergüencen; ciertamente el fuego devorará a tus enemigos.
SEÑOR, TÚ ESTABLECERÁS PAZ para nosotros,
ya que también todas nuestras obras tú las hiciste por nosotros." (Isaías
26:09-12)
Si hay algo por lo cual clamar hoy día, es para que el Juicio de Dios venga con misericordia. ¿Quieres, que Venezuela TENGA un avivamiento verdadero, no ese del que hablan esos líderes "balaamitas" sino del que trae el Espíritu Santo? Ese avivamiento no vendrá sin el juicio de Dios. Por eso yo imito a Ezequiel, y me pongo del lado de lo que dice el Señor. Yo quiero paz, pero no la que el sistema mundo y sus esbirros tratan de imponerme. Para Venezuela, yo anhelo PAZ, PERO LA PAZ DEL SEÑOR. Pero el orden del Señor, es JUICIO (con Misericordia), JUSTICIA y PAZ. Por eso: ¿Paz? No. Todavía, no Hay Paz.
"Porque el juicio será sin
misericordia para el que no hizo misericordia, pero la misericordia se gloría
contra el juicio." Santiago 2:13
"Sea tu misericordia sobre nosotros,
oh YHVH, Según esperamos en ti. (Salmo 33:22)
"Vino a mí palabra de Jehová,
diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que
profetizan, y di a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra de
Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan
en pos de su propio espíritu, y nada han visto! Como zorras en los desiertos
fueron tus profetas, oh Israel. No habéis subido a las brechas, ni habéis
edificado un muro alrededor de la casa de Israel, para que resista firme en la
batalla en el día de Jehová. Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha
dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo, esperan que él confirme la
palabra de ellos. ¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación
mentirosa, pues que decís: Dijo Jehová, no habiendo yo hablado? Por tanto, así
ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis
visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice Jehová el
Señor.
Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy Jehová el Señor. Sí, POR CUANTO engañaron a mi pueblo, DICIENDO: Paz, NO HABIENDO PAZ; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto, di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá. Y he aquí cuando la pared haya caído, ¿no os dirán: ¿Dónde está la embarradura con que la recubristeis? Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir. Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Jehová.
Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni los que la recubrieron, los profetas de Israel que profetizan acerca de Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no habiendo paz, dice Jehová el Señor. . (Ezequiel 13: 8 - 16)
Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy Jehová el Señor. Sí, POR CUANTO engañaron a mi pueblo, DICIENDO: Paz, NO HABIENDO PAZ; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto, di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá. Y he aquí cuando la pared haya caído, ¿no os dirán: ¿Dónde está la embarradura con que la recubristeis? Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir. Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Jehová.
Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni los que la recubrieron, los profetas de Israel que profetizan acerca de Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no habiendo paz, dice Jehová el Señor. . (Ezequiel 13: 8 - 16)
martes, 16 de octubre de 2012
No temas, En la mañana vendrá la alegría
Pude ser que estés atravesando por alguno de
esos valles que nos es preciso cruzar en nuestra vida, tal vez en ese
andar sientas que la desesperanza se apodera de tu corazón. Quizá
sientas que tus únicos compañeros de viaje son el llanto, el luto y el
dolor. Pero el Señor te dice en este día, que Él ha visto toda tu
soledad, todo ese temor, todo tu llanto y todo tu dolor. Te dice hoy, No
temas, Yo estoy contigo, no te he dejado no te dejaré ni te desampararé jamás, Yo tengo cuidado de tí.
"Acuérdate de mi aflicción y de mi vagar, del ajenjo y de la amargura. Ciertamente lo recuerda y se abate mi alma dentro de mí. Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza: Que las misericordias del SEÑOR jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad! El SEÑOR es mi porción--dice mi alma-- por eso en El espero. Bueno es el SEÑOR para los que en El esperan, para el alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR. Bueno es para el hombre llevar el yugo en su juventud. Que se siente solo y en silencio ya que El se lo ha impuesto; que ponga su boca en el polvo, quizá haya esperanza; que dé la mejilla al que lo hiere; que se sacie de oprobios. Porque no rechaza para siempre el Señor, antes bien, si aflige, también se compadecerá según su gran misericordia. "(Lam 3:19-32 )
“Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría.” (Sal 30:5 )
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Arrepentido de arrepentirme tanto
Comúnmente
hablamos de arrepentirnos, cuando tomamos una decisión y nos va mal y decimos
me arrepentí de haber tomado este camino, o de invertir en esto, o cuánto me
arrepiento de haber votado por éste candidato. También te puedes arrepentir de haberte
subido a ese automóvil, o de haber entrado a aquel lugar o de haber seguido los
deseos de tu corazón. Según el DRAE un significado de arrepentirse viene a ser
un pesar (dolor) por haber hecho o dejado de hacer algo. No obstante, esta clase de arrepentimiento resulta inútil
por cuanto no podemos cambiar nuestro pasado, o lo vivido por mucho que
lamentemos nuestras decisiones. Quizás
por ello algunos un poco más osados pontifican sobre esto y arrojan perlas de
humana sabiduría y suelen decir “yo no me arrepiento de nada porque de todo se
aprende”. Si bien es cierto que de todo
se aprende, también lo es que a hacer el
mal también se aprende.
Lo que se enseña y lo que se aprende
En
nuestras iglesias se suelen brindar
enseñanzas bíblicas, que más a menudo de lo que nos gusta reconocer, son “torcidas” para acomodarlas a nuestra propia
misericordia. Una de esas enseñanzas tiene que ver con el arrepentimiento, y no
voy a entrar en detalles en cuanto al por qué del cambio del mensaje de la
iglesia llevándolo de “Arrepiéntete y
cree, el Reino de Dios se ha acercado” hacia “Vengan todos vengan ya, que la torta se va a picar, entrad todos,
prosperad todos, todos van a ser salvos”, creo que eso valdría la pena
analizarlo en un estudio aparte.
Pero
hablemos un poco de cómo se aprende en algunas iglesias la “doctrina del
arrepentimiento”, y aunque se caiga por
lo obvio lo diré y más tarde me justificaré : Si tu aprendes algo es porque
alguien te lo ha enseñado.
Dicho
esto, recordemos una de las cosas que nos dicen cuando venimos a Cristo es tus
pecados pasados, presentes, y futuros son perdonados por medio de la sangre de
Cristo. Lo cual es absoluta y categóricamente cierto. Amén.
Lamentablemente el mensaje que llega es este: “De aquí en
adelante, no debes preocuparte, por cada vez que peques, pues todo lo que hagas
ya te fue perdonado”, por lo tanto se emite a tu nombre Licencia para pecar sin
fecha de expiración.
Hay
Iglesias que ministran bajo la premisa de que al nuevo cristiano no hay que decirle
mucho para que no se asusten y se vayan, tú sabes, porque son niños en Cristo.
Sí es cierto son niños en Cristo, pero el niño precisamente necesita ser
guiado, ¿eso no es lo que dice la Biblia? (Gálatas 4:1-2) y acaso no es mejor
decir las cosas claras, tal y como las habla el Señor.
Le decimos
también: Dios no es castigador como te
enseñaron, ¡No al contrario! - Dios es amor (1 Juan 4:8), Pero no le hablamos de que también es fuego
consumidor y Dios celoso (Heb 12:29; Deut
4:24) y que también Dios es justo y que recompensará a cada uno según su
obra. Alguien dijo que dos errores no hacen una verdad, tampoco la hacen dos medias
verdades.
Lo
que produce lo aprendido: Reedificando lo destruido.
Antes
recalcaba lo obvio en cuanto a que si aprendes es porque alguien te está
enseñando, de acuerdo, entonces o lo
aprendes de Jesús el Maestro; lo aprendes del hombre o lo aprendes directamente del mismo diablo engañador.
He
conocido el fruto de la doctrina mal aprendida, mal enseñada o muy bien
enseñada pero por el diablo, podría estar un buen rato comentando acerca de esas
cosas que el diablo le ha enseñado a los cristianos, pseudo-cristianos, a
iglesias, y pseudo-iglesias tales como: “Ayúdate que yo te ayudaré”; “No hay
infierno para el hombre bueno, hay un
purgatorio donde pasas un tiempo y después el cielo”; “Soy salvo y siempre lo seré, por lo tanto no
importa cuánto haga, siempre seré salvo”; “Que le dirás a Cristo si te pregunta
¿porque debo dejarte entrar al cielo?: Porque acepté a Cristo como Señor y creo que es mi Salvador.”; “Dios no se mete en eso”; “No importa dónde te
congregues; Dios está en todas partes” y
una de las favoritas del cristiano caído “No hace falta que yo vaya a una
iglesia para estar con Dios” y eso por mencionar solo algunas. Cada una por
separado o todas ellas Juntas vienen a ser el equivalente contemporáneo de
aquel: “¿Conque Dios os ha dicho: "No comeréis de ningún árbol del
huerto"? (Gen 3:1)
Conozco
personas que en algún momento abrazaron la fe cristiana, y se apartaron.
Algunos crecieron conmigo otros, amados amigos que hoy viven su vida según sus propósitos personales.
Siguieron su propio camino, algunos para conservar “la paz” en sus matrimonios
otros para acallar la voz del Espíritu Santo que les gritaba con claridad “Lo
que estás haciendo no me agrada, está mal”. Con el tiempo los verdaderos principios
cristianos fueron desplazados y se convirtieron en lastre para sus vidas.
Rutinas familiares y deportivas fueron antepuestas al congregarse,
aprendieron a vivir una vida de
cristiano pero sin Cristo. Todavía son capaces de responder sobre el cielo, lo
básico del cristianismo, aún conservan su Biblia y de vez en cuando hasta la
leen, pueden citar palabra de Dios con presteza, rechazan la hechicería abierta
y descarada pero aceptan fácilmente hacer yuntas para negocios, y parentelas
con santeros, paleros y similares; viven bajo la razón que ha construido su frialdad
la cual declara: “- Son amigos desde siempre y hay que respetar las creencias
de cada quien” se jactan de ser “inclusivos”. Tristemente se les olvidó que el
ser cristiano no es una creencia religiosa sino un modo de vida, uno al que
ahora ven como a forastero, desconocido y
extraño, aquel que recuerdan como si fuera una experiencia contada por alguien
más. Viven cada día alejándose un poco más de Dios
y mimetizándose cada día más con el mundo. En medio de la confusión de alguna
manera se metieron en un proceso de restauración de obra muertas, regresando a
edificar aquello que ya habían destruido. Y secretamente, en su soledad se
mienten a sí mismos diciéndose algún día volveré, todavía tengo oportunidad, el
Señor es misericordioso, cuando quiera puedo arrepentirme y planificar mi
regreso triunfal.
“ Y les
dirás: "Así dice el SEÑOR: 'Los que caen ¿no se levantan? El que se desvía
¿no se arrepiente? 5 '¿Por qué entonces este pueblo, Jerusalén, se
ha desviado en continua apostasía? Se aferran al engaño, rehúsan volver. 6 'He
escuchado y oído, han hablado lo que no es recto; ninguno se arrepiente de su
maldad, diciendo: "¿Qué he hecho?" Cada cual vuelve a su carrera,
como caballo que arremete en la batalla. (Jer 8:4-6) (LBLA)
Porque si yo
reedifico lo que en otro tiempo destruí,
yo mismo resulto transgresor.
(Gál
2:18)
Falso
Arrepentimiento:
Veteranos del Arrepentimiento o Arrepentidos
Profesionales
Israel
estuvo dando vueltas en el desierto durante cuarenta (40) años, hasta que todos
los de una generación exceptuando a Josué y a Caleb, cayeron ahí. Pero ellos no podían parar, ellos aunque
quisieran no podían salir de ese desierto,
esta era gente bajo un pacto de muerte, en el que se metieron por tener
en poco la palabra y la promesa de Dios, ellos no tenían forma de alcanzar la
promesa que habían rechazado aquellas vueltas fueron la consecuencia de su
desobediencia y falta de fe. Sin embargo, hoy encontramos gente en las iglesias
que viven voluntariamente, dejando sus huellas en las arenas de su desierto particular.
Tienen su voluntad comprometida, viven lidiando con pecados y adicciones
dando una y otra vez vueltas a ese desierto. Dan apariencia de piedad, pero se suben y
bajan de una montaña rusa, en la que
abordan con un boleto que tiene impreso la palabra “arrepentimiento”.
Unos
siguen en la práctica “ocasional” del pecado, portan un cartel invisible en sus
cuellos con el mensaje “Días desde el último incidente” y van acumulando dígitos
según los días van pasando pero temiendo
y esperando que llegue el fatídico momento en que vuelvan a poner el cartel en
“0”. Y así viven siendo esclavos del
temor, pues su confianza está puesta en sus propias fuerzas.
Otros
han aprendido a manejarse bien con “ese asunto” del arrepentimiento, saben que
si pecan el arrepentimiento está ahí, disponible a la mano. Lo cual les da una
especie de Hall Pass (pase libre),
para arrepentirse justo en el “momento preciso” antes de ir a la reunión o si
se acuerdan justo antes de orar. Para ellos es costumbre el “estirar” las
enseñanzas recibidas para ver hasta dónde se puede llegar sin que sea
considerado pecado y caminar peligrosamente por ese borde como si de una cuerda
floja se tratara. Ellos también aprendieron mal, saben que el arrepentimiento
es necesario, pero de alguna forma han internalizado que es opcional, entienden
que pueden llevar una vida completa en Cristo pero eligen andar exponiéndose
peligrosamente ante la mirada del Dios
conoce las intenciones del corazón que todo lo ve y todo lo sabe. Pero Él no se
anda con juegos sino que le dice “Yo conozco tus obras,
que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres
tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” (Apo 3:15-16 )
“ El Señor no se tarda en cumplir su
promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con
vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al
arrepentimiento. 10 Pero el día del
Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y
los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que
hay en ella serán quemadas.” (2Pe 3:9-10)
¿Que dice Dios?
A
la luz de la Palabra de Dios, lo primero que encontramos es que el
arrepentimiento verdadero proviene de
Él. Así es, Dios mismo es quien provoca en nosotros y nos guía al
arrepentimiento: “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros
matasteis colgándole en un madero. 31. A éste, Dios ha exaltado con su diestra
por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de
pecados.” (Hch 5:30-31)(LBLA) también
en “…¡De manera que también a los
gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida! “ (Hch 11:18 ) (LBLA) y en “ ¿O tienes en poco las riquezas de su
bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al
arrepentimiento?” (Rom 2:4) (LBLA).
Por tanto aquello que Dios llama
arrepentimiento viene dado por Él mismo, sin embargo, conviene aclarar que,
como sucede muchas veces los caminos de Dios no son nuestros caminos y en el
caso que nos ocupa, para Dios el arrepentimiento es una cosa totalmente
distinta a la que nosotros llamamos así.
Antes mencioné la definición de
arrepentirse según RAE: el cual es Pesar de haber hecho algo.
Pero en la Biblia la palabra usada en griego es metánoia la cual
literalmente se traduce como un cambio de mente. Denota volverse del camino en
que se andaba y tomar otra dirección.
Cuando Dios nos habla siempre se
refiere a lo verdadero a lo que se cumple sin lugar a dudas dice el Señor que
en Cristo todas las promesas son en Él si y por medio de Él amén. Entonces es
de esperarse que un cambio de mente producido y guíado por Él debe, por
definición, ser verdadero. Recuerda, Dios todo lo hizo bueno, hermoso y en su
tiempo.
Pero si no se puede concebir un falso
arrepentimiento que provenga de Dios,
entonces ¿como es posible que exista este comportamiento entre algunos
cristianos? . La respuesta es: “El diablo metió la mano”. El es el padre de
confusión él es Babilonia personificada y él es quien enseña toda doctrina
extraña.
Pero Jehová de los Ejércitos es más
poderoso y ante Él toda rodilla se doblará.
Un genuino cambio de mente
Cada uno
de los casos mencionados anteriormente son productos de la confusión y de la dureza de corazón. El Señor ciertamente demanda de nosotros un
cambio y ese cambio debe ser radical y definitivo, Dios nos habla de santidad,
no de que nunca pequemos pues Él tiene pleno conocimiento de nuestra naturaleza
pecaminosa y de hecho sabe lo que es ser tentado en todo pero nunca pecó (Heb
4:15). Sin embargo, no solo nos dio las armas para repeler los ataques sino que
además Dios mismo se toma el delicado trabajo de tamizar a través de su inmensa
sabiduría, para seleccionar que a cada quien solo le alcance aquella tentación
que sea capaz de resistir, y no solo eso sino que nos provee juntamente con la
tentación la salida de ella. (1 Co
10:13)
El meollo
del asunto está en que no siempre resistimos exitosamente la tentación y en
ocasiones caemos en ella. Al hacerlo nos contaminamos, nos ensuciamos, tenemos impurezas
que no son aceptadas por Dios, pues se oponen a todo lo que es Dios. Por ello, el
Señor en su inmensa misericordia nos ofrece la oportunidad de ser limpios
nuevamente, nos dice que si confesamos nuestro pecado Él es fiel y justo, para
perdonarnos y para limpiarnos, es decir, para regresarnos al estado en que
podemos ser aceptos nuevamente por Dios, el único que soporta Dios que es nada
menos que limpio de toda maldad, solo entonces podemos acércanos a Dios nuevamente.
Tiempo y oportunidad para
el Arrepentimiento.
Pero debemos tener sumo cuidado de que
nuestro arrepentimiento ocurra dentro del tiempo que Dios abre para que tenga
lugar, no sea que nos pase como Esaú,
quien aunque procuró con amargo llanto recuperar lo perdido, no halló
lugar su arrepentimiento. (Heb 12:16-17).
Y si fue así para Esaú cuyo
menosprecio fue hacia la bendición de Jehová, ¿puedes tan solo imaginar cual será el destino de aquel que tiene en poco el Sacrificio de Jesucristo en la cruz, pecando deliberadamente y de esa forma haciéndose participe juntamente con aquellos que le afrentaron, torturaron y asesinaron?
Hay un tiempo para buscar al Señor, mientras
puede ser hallado y hay un tiempo para llamarle mientras está cerca, pero habrá
un momento en que el Señor voltee su rostro y los cielos se vuelvan de bronce. Él
nos ha llamado a que dejemos atrás nuestra niñez y como cristianos maduros asumamos
la responsabilidad de nuestros actos, rectifiquemos lo torcido y tomemos la de decisión
irrevocable de cambiar nuestra forma de pensar.
Entre
las vestiduras del Sumo Sacerdote, había una placa de oro que tenía que portar
sobre su frente que decía SANTIDAD A JEHOVA. Eso me habla de que lo primero que
debe estar consagrado y apartado para el Señor y su ministración es mi cabeza,
mis pensamientos y mi mente. Nuestra actitud en todo momento debería estar
enfocada, en la aspiración activa a la santidad, y ello solo es posible con una genuina y
verdadera transformación de nuestra mente,
que viene a ser justamente aquello a lo que Dios
llama Arrepentimiento. Dejemos pues atrás todas nuestras profundas razones y falsas
justificaciones y vivamos nuestras
vidas experimentado la realidad absoluta de que tenemos la mente de Cristo, ¿que mayor cambio que ese?
“Que en
cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que
se corrompe según los deseos engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de
vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la
justicia y santidad de la verdad. “ (Efe 4:22-24)
lunes, 20 de agosto de 2012
Amada Tristeza
En estos días he tenido tiempo para reflexionar y he
decidido escribirte éstas líneas para hablarte de lo nuestro .
Decirte en primer lugar que sigo recibiendo
tus cartas, pero que cada vez las leo menos, lo siento... no es mi intención
lastimarte, se bien que eres muy sensible. Pero he recorrido muchas veces nuestra
historia, he navegado en esas profundas aguas y sentido en mi rostro todas esas
tempestades, una y otra vez, pero ya no puedo hacerlo más.
Se bien que intentarás retenerme recordándome esas
situaciones maravillosas que compartimos juntos, aquellos años en que tú y yo éramos
como uno, invencibles, inseparables, impenetrables… Sé que traerás a mi memoria
aquellos momentos en que, abrigados por la penumbra disfrutamos de aquellos ratos
en los que pretendíamos infructuosamente, entre lágrimas y copas, olvidar todo aquel
dolor. Aquellos tiempos en que juntos, pusimos
en remojo mis penas y hallamos tanto deleite sumergidos en la contemplación de
mis razones, las cuales por cierto, no escaseaban. Sí, también yo los recuerdo pero debo decirte que
ya no los añoro como lo haces tú.
Nuestra relación existe desde hace tanto, que me ha costado
sobremanera armarme de valor para hablarte de esto. Sin embargo ha llegado el
momento, no puedo seguir engañándome y
mintiéndote a ti. ¡Ya no quiero tener nada que ver contigo! Tengo que dejarte ir. Mis sentimientos hacia
ti han cambiado, pasaron del amor a la indiferencia, y de la indiferencia a ...
No, por favor, no llores… no puedo posponerlo más, lamento causarte dolor, pero
hoy te aborrezco quizás tanto como te amé en el pasado. Sé que tú también me amaste pero ambos
sabemos bien que en cuanto recobres tu serenidad, encontrarás abrigo en
alguien más. Así lo has hecho siempre y lo volverás a hacer, es tu naturaleza y no
puedes evitarlo.
Sin embargo, he de decirte que procuraré con todas mis
fuerzas que tus relaciones no duren, de aquí en más, considérame tu enemigo. Te extrañará mi arrojo y mi franqueza, pero quien te habla no es el mismo cobarde del
pasado. Conocí a alguien más, su nombre es Jesús de Nazareth, él me cambió, me restauró e hizo desaparecer todo cuanto sentía por ti. De hecho me regaló
el otro día un manto de gozo, que ahora llevo siempre puesto.
Ahora tengo que despedirme, espero no volver a saber de ti,
pero si nos encontramos de nuevo, tal vez no me reconozcas pero yo sabré que
eres tú, y posiblemente tendré que
decirte todo esto cara a cara nuevamente y presentarte al que ama mi alma. De
cualquier forma despídeme también de tu hermana Soledad, sé que ella también me
extraña. Le escribí una carta de despedida
ésta mañana pero no sé si alcanzará a llegarle
pues me han contado que como yo, también muchos otros le están abandonando,
porque también han conocido a Jesús.
Ahora estoy seguro de que no te extrañaré.
¡Adiós tristeza. Adiós!
"¿Por qué te
abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío." (Salmos 43:5 )
“El Espíritu
de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón,
a publicar libertad a los cautivos, y a
los presos apertura de la cárcel; a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios
nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de
Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto
de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de
justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.” (Isaías 61:1-3)
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