"El hombre vive la mayor parte
de su vida, tratando de resaltar de sobresalir, distinguirse por encima de sus
semejantes."
El poder en cualquiera de sus
formas, es una de las cosas que más procuramos y nos atrae, en lo humano. Esta
necesidad proviene del diseño original de Dios. El Hombre fue puesto para
sojuzgar toda la Creación, la tierra toda fue entregada en sus manos para que
ser "administrada" por él. Sin embargo, al entrar el pecado a través
del hombre, también tuvo lugar el traspaso de tal derecho a Satanás
a quien el hombre lo entregó la autoridad. Sus manos se quedaron vacías y tuvo que conformarse con el dolor que le produciría labrar la tierra para obtener su alimento con el sudor
de su rostro.
Ante este vacío, desde Caín el hombre ha
buscado sustituir, o compensar lo perdido mediante la competencia, procurando
siempre estar por encima de alguien más. El hombre vive la mayor parte de su
vida, tratando de resaltar de sobresalir, de distinguirse por encima de sus
semejantes, crecemos viendo esto entre
amigos, en las escuelas y universidades.
Y cuando nos incorporamos al mercado de trabajo, conocemos a algunos que se
transformaron en auténticos depredadores, capaces de muchas cosas, siempre y cuando puedan alcanzar lo anhelado sea esto un cargo
más importante; un incremento en el sueldo o un simple cambio de status.
Herimos y aprendemos
a hacerlo eficientemente, pero también nos hacen daño lo cual va "curtiendo"
nuestros corazones, de tal forma que nuestras vidas empiezan a cambiar a veces
imperceptiblemente, tal vez como un sentido de auto-conservación pues a nadie
le gusta que lo lastimen, y empiezan a gestarse sentimientos de resentimiento y
deseo de venganza. Y de esta forma se genera una dinámica de relación que
se mueve entre: castigadores - perseguidos y vengadores, tomando cada cual alternativamente los roles
activos, de tal forma que cada vez es más difícil distinguir quien es quien.
Lo más lamentable de todo esto, es
que existan iglesias en las que, este tipo de relaciones son vividas a diario,
e incluso son en cierta forma aupadas por sus propios líderes y pastores. Muchos han declarado sin ningún
temor: "Así dice el Señor", traen a la iglesia la dinámica del Castigador y la enmascaran tras el lema
"Búsqueda de la excelencia para Dios". Me pregunto si alguien se molestó en preguntarle a Dios,
¿Señor de verdad TÚ dijiste eso? y aún más me aterra imaginar la nueva casta de cristianos,
líderes y pastores que está produciendo ese "campo blanco". Hay tantos cristianos que huyeron
heridos de esas iglesias porque no "dieron la talla" o no alcanzaron
los objetivos esperados o no se prepararon lo suficiente.
¡Que bueno es, que Dios no se
relaciona con nosotros de la misma forma!
Él nos dice: "..Tendré misericordia del que yo tenga misericordia,
y tendré compasión del que yo tenga compasión. Así que no depende del que
quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia." (Rom
9:15-16).
Dios no es Dios de competencias, Él no se impresiona por tus números ni por tu
mucha sabiduría. Si de verdad estás buscando la excelencia, el Señor te dice
que la hallarás en el servicio, no en talleres ni en seminarios, ni en el
número de miembros que tenga TÚ iglesia.
"Mas Jesús, llamándolos,
les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se
enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será
así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro
servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de
todos." (Mar 10:42-44)
Iglesia, la capacitación te la puede dar
Dios en un momento, pero tu fidelidad es algo que el valora
mucha más. Tu autoridad fué restablecida en tus manos con la muerte de Cristo en la cruz, no tienes nada que probarle al mundo, no te averguences porque Dios tiene cuidado de tí y sabrá darte la sabiduría que necesites y el fruto que viene de arriba.
“y lo ha llenado del Espíritu de Dios,
en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte” (Éxodo 35:31).
“El le dijo:
Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad
sobre diez ciudades.” Lucas 19:17
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